viernes, agosto 15, 2003

Cámaras ocultas: su discutida legitimidad

Por María Pastora Sandoval Campos
(Publicado en
armonia.cl )

A pesar de que las cámaras ocultas han servido para desenmascarar crí­menes, se abre una discusión desde la ética.



De un tiempo a esta parte, las cámaras ocultas se han hecho cada vez más frecuentes en la televisión. El avance de la tecnologí­a ha permitido que podamos ver imágenes de muy buena calidad que están insertas, por ejemplo, en carteras o anteojos.

Al parecer, el uso de cámaras ocultas no ha sido mayormente cuestionado por los telespectadores, debido a que se han convertido en métodos de prueba para desenmascarar a personas que están delinquiendo y que no han sido detectados por la policí­a.

Las nuevas técnicas abren incertidumbres respecto al correcto uso de ellas. En el caso de las cámaras ocultas se deben analizar puntos que quizás pasan inadvertidos frente al "beneficio" que otorgan.


¿Cómo se regulan los medios de comunicación?

Contrariamente a lo que se puede pensar, hay una preocupación diaria por parte los informativos de no ir contra la ética. Para poder autorregularse, la Federación de Medios de Comunicación Social crearon el Consejo de Ética. Esta agrupación está conformada por la ANP (Asociación Nacional de la Prensa), la ARCHI (Asociación de Radiodifusores de Chile) y ANATEL (Asociación Nacional de Televisión).

El Consejo deÉtica de los Medios de Comunicación recibe las quejas de personas, instituciones o medios sobre faltas a la ética. También puede actuar de oficio, es decir, puede investigar algún caso por iniciativa propia. Todo esto pretende elevar la calidad de lo que se publica o emite. Además, se evita que otras entidades, por ejemplo legisladores, regulen a los medios. Los fallos del Consejo tienen sanción moral y no penal (por ejemplo, no habría pena cárcel para el culpable) y se sanciona al medio de comunicación y no a periodistas de forma individual, para evitar culpar a personas y no estar en contra de ellas.


En el banquillo de los acusados

Aparentemente, las cámaras ocultas pueden ser un arma excelente para exhibir realidades que no se ven a simple vista. Pero esta técnica es muy cuestionable. De hecho, el Código de Ética del Colegio de Periodistas de Chile, en su artículo octavo dice: "El periodista no recurrirá a subterfugios - como utilizar identidades falsas, cámaras o micrófonos ocultos - para obtener la información."


Según explica la presidenta del Consejo de Ética, María José Lecaros, "la imagen no es sinónimo de verdad. Hoy se tiene una excesiva confianza en lo que se ve y no todo es como se ve en la televisión". Además, enfatiza que los métodos ocultos de investigación representan un desequilibrio de poder, pues "se hace caer" a quien se quiere indagar, sin que pueda defenderse.



Las cámaras ocultas deben usarse en casos muy justificados, por ejemplo:

  • En un tema de alto interés público

  • Cuando se tiene certeza de que el tema no puede denunciarse de otra manera (por ejemplo, vías legales o policiales). Debe discutirse acuciosamente por parte de los realizadores y evaluar si procede o no el uso de métodos ocultos

  • Se debe medir si el daño causado es mayor que el beneficio obtenido.

  • Se debe anunciar que estoy usando cámara oculta y fundamentar el porqué.



    El uso de cámaras ocultas, según Marí­a José Lecaros, es un facilismo por parte de los periodistas, porque es una investigación inmediata que no necesita de una indagación profunda: sólo se reproducen las imágenes captadas.


    No se debe abusar de la credibilidad de la que goza la televisión. Los periodistas no son policías ni jueces y deben, en primera instancia, dar el espacio para que se haga cumplir la ley.


    Otro rasgo peligroso de estos métodos es que la gente pierde credibilidad en la justicia, y en vez de denunciar ante un tribunal, acude a los canales de televisión y hace de los casos un show.


    Como vemos, las cámaras ocultas casi nunca se justifican y los periodistas, a pesar de ser servidores públicos, no deben hacer justicia por sus propias manos, porque si se equivocan pueden haber dañado la imagen de alguna persona de por vida.

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