viernes, agosto 15, 2003

Clonación: ¿santo remedio?

Por Marí­a Pastora Sandoval Campos
(Publicado en armonia.cl)

La clonación humana se ha justificado para poder salvar la vida de las personas. ¿Es técnica y éticamente posible?



El hombre ha soñado, desde siempre, en reproducir lo que Dios ha hecho. Más de alguna vez nos habremos sentido tentados con, incluso, clonar a alguna persona que nos parece debiera ser clonada. Pero, más allá de los deseos del dí­a a dí­a, la ciencia ha llegado a lugares tan inesperados que debe reafirmar sus principios para mirar los nuevos desafí­os.


El proceso natural por el que se crea vida es a través de la fecundación, que es la fusión de dos células, con patrimonio genético del padre y de la madre. Esto último incluso, en la fertilización in vitro.


En cambio, en la clonación se extrae material genético y se fusiona con un óvulo sin información genética con un golpe eléctrico. En este caso no podemos hablar de padre ni madre para este embrión.


La motivación

Quizás, la pregunta clave es: ¿para qué sirve la clonación? Una de las ventajas que tiene esta técnica es que el óvulo es llamado "totipotencial", es decir, es totalmente diferente, todo lo puede: las diferentes cálulas en el cuerpo tienen distintas funciones, pero este óvulo puede cumplir cualquiera de ellas y podrían ser usadas para suplir.

Una de las utilidades que ha tenido esta técnica es poder producir proteí­nas humanas en animales. Este proceso se hace sin macho para no diluir valor transgénico, para que no interfiera con su propio material genético que puede desviar de la función que se necesita. Según el doctor Rafael Vicuña, bioquí­mico y doctor en biologí­a molecular, "esto es aporte, pues podemos lograr mejorar la calidad de vida de las personas a través de los animales, sin que se deba experimentar con seres humanos".

La ciencia ha traspasado lí­mites inimaginables hace algunos años (la clonación era, incluso, patrimonio sólo de la ficción), pero aún faltan vallas por superar. Por ejemplo, es sabido que los animales clonados nacen enfermos y no se puede correr el riesgo de que esto suceda con un ser humano.

Existe lo que se ha llamado la "clonación terapéutica", es decir, poder clonar a personas que necesiten, por ejemplo, un donante de órganos. Con esto, se tendrí­a la seguridad de que no habí­a rechazo de quien recibe este preciado beneficio. Pero, según el doctor Vicuña, "el fin no justifica los medios, pues es éticamente inaceptable y existen alternativas para no tener que experimentar con seres humanos".

Tomando en cuenta la etimologí­a de la palabra "terapéutico" (vocablo que viene del griego, que quiere decir "curar"), estarí­amos sanando a la persona que recibe el órgano, pero ¿qué sucede con el clon? ¿Quedaría vivo después de la donación? ¿Qué padecimientos fí­sicos sufriría? ¿Tendría conciencia de que fue creado sólo por un fin utilitario? ¿Cómo se sentirí­a ante esa realidad?


Todo es vanidad


El doctor Vicuña, afirma que la clonación humana es éticamente incorrecta, pero no técnicamente imposible. "Clonar humanos es un juego peligroso. Quienes lo quieren hacer lo hacen por un asunto de vanidad, pues todos los cientí­ficos están en contra y esos pocos sólo quieren destacarse". No cree, por ejemplo, que el doctor Severino Antinori haya logrado clonar a un humano, aunque quizás apoya un poco más la hipótesis de que los raelianos lograron hacerlo: "Clonar humanos sería muy difí­cil, porque se necesita un ejército de mujeres que aporten óvulos y esa capacidad de "reclutas" la tienen más los raelianos. Imaginen que para que la oveja Dolly pudiera nacer hubo 279 fracasos de clonación". Además, no se ha logrado la clonación de los primates, quienes son los que más se parecen a nosotros.

La fecundación asistida queda fuera de esta discusión para el doctor Vicuña, porque es una ayuda y no es tan antinatural. Eso sí, le preocupa la cantidad de embriones que innecesariamente se utilizan.

La comunidad científica mundial ha estado en completo desacuerdo con la clonación humana. En Estados Unidos no fue aprobado por el presidente George W. Bush la financiación con fondos federales de la clonación humana (lo paradójico es que sí­ se podría con bienes privados). En nuestro país, la Comisión para el Desarrollo de Biotecnologí­a redactó un proyecto de ley para que en Chile quede prohi­bida la clonación de humanos. Esta ley está esperando la aprobación de la Cámara de Diputados, pues el Senado ya le dio su consentimiento.


Controversias

Uno de los temas que entra en discusión es la utilización de animales en estos experimentos. Muchos de sus defensores protegen los "derechos de los animales", pero no olvidemos que para tener derechos hay que tener discernimiento, libertad, entre otras caracterí­sticas que los animales no tienen. Si lo viéramos desde un punto de vista bíblico, la creación fue puesta al servicio del hombre, aunque éste debe usarla sabiendo que es responsable de ella y para fines que le edifiquen. Esto, por ejemplo, podrí­a expresarse en que no se hiciera sufrir a los animales innecesariamente.
El doctor Vicuña concluye: "La Biblia, muchas veces, ha sido vista como un libro científico, pero hay que tener mucho cuidado con sus metáforas porque una mente inquieta puede llegar a afirmar que Eva es un clon de Adán, hecha con las células de su costilla".


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