Por María Pastora Sandoval C.
(Publicado en armonia.cl)
A propósito de las Fiestas Patrias, en "Conferencia" quisimos ahondar sobre lo que verdaderamente es chileno. Es por eso que al programa invitamos a los hermanos Samuel Palma, sociólogo; y Víctor Riveros, músico y compositor.
Los entrevistados coincidieron en citar el cuarto Informe de Desarrollo Humano en Chile, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una fuente para conocernos. En él se resaltan características, defectos y virtudes de los chilenos, como por ejemplo que nos reímos de las desgracias ajenas, somos hospitalarios y fiesteros.
Encaminándonos a descubrir nuestra identidad, durante la conversación distinguimos lo autóctono y lo folklórico. Lo autóctono es el elemento aborigen, el aporte de quienes vivían en América antes de su Descubrimiento y que, para muchos, es lo legítimamente chileno. Lo folklórico es aquello que, según el hermano Víctor Riveros, "es tomado por la gente como propio", como, por ejemplo, la guitarra, instrumento inseparable de nuestra música que es un aporte de los españoles que, a su vez, la heredaron de los árabes. Lo chileno es la unión de estos dos elementos, que dieron origen a "lo criollo", que es lo que hoy consideramos como nuestro.
Parte de ese criollismo es el que nos hace, por ejemplo, tener un lenguaje distintivo. Los "cómo estai" o "qué contai" revelan nuestro origen: el mapudungun no tiene el sonido "s", por lo que los herederos de los españoles y mapuches adaptaron el castellano antiguo que dice "como estáis (vosotros)" o "que contáis (vosotros)" y lo transformaron en una jerga inconfundiblemente chilena. Además, los mapuches se encontraron con un idioma tan duro como el español en contraposición del suyo y por eso lo suavizaron haciendo todo "chiquitito" (no tomamos té, sino "tecito"...).
Según el hermano Samuel Palma, el estar haciéndonos la pregunta sobre cómo somos y cuál es nuestra identidad nos indica que la estamos buscando. Esto "debido a los grandes cambios que han habido desde la segunda mitad del siglo XX" que nos han homogeneizado más con el mundo. El hermano Víctor Riveros se inclina por decir que "es difícil decir qué es lo netamente chileno, pues nuestra situación geográfica nos hace tener distintas costumbres en diferentes zonas del país".
Como hemos visto, los chilenos somos un mestizaje de elementos que han pasado a ser tan propios que olvidamos que son heredados. El problema, al parecer, es que no estamos conformes con eso y buscamos una identidad que nos hace falta. Después de todo, empanadas y cazuelas hay en otros lugares, pero no así el "charquicán", una mezcla igual que nuestro folklore: bien revuelta, pero bien sabrosa".
¡Gracias a Dios por esta tierra! ¡Viva Chile! y ¡viva lo chileno! (que aunque no tenemos claro lo que es, para allá vamos).
miércoles, septiembre 18, 2002
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