domingo, noviembre 28, 2004

Evangélico presidente de centro de alumnos de la U. de Concepción

Me pareció interesante, sobre todo porque salió en un medio secular importante como El Mercurio:

CAMBIO DE HÁBITO EN LAS FEDERACIONES UNIVERSITARIAS:
La revolución evangélica

Claudia Mellado


Héctor Muñoz, recién electo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, realizó una inédita campaña electoral de corte "confesional" hablando de Dios a sus electores.
Foto:Rolando Oyarzún



En la Universidad de Concepción, cuna del movimiento estudiantil de izquierda, ahora un evangélico preside la Federación de Estudiantes. Y a diferencia del nuevo timonel de la Feuc -quien también profesa esa religión-, el penquista Héctor Muñoz ganó en las urnas con una campaña "confesional", repartiendo biblias junto a su grupo "Águilas".



CLAUDIA MELLADO

Héctor Muñoz Uribe tiene 25 años y le gusta salir a bailar. Pero no fuma y jamás se emborracha. Tampoco está de acuerdo con la pí­ldora del dí­a después ni con el divorcio. Menos con el aborto ni las relaciones prematrimoniales. Además, cree que los homosexuales deben ser rehabilitados de su condición mediante un proceso de conversión.

Aunque no está inscrito en los registros electorales, simpatiza con la derecha y dice que votarí­a por Joaquí­n Laví­n para Presidente, pero también le agrada la gestión de Ricardo Lagos.

Así­ es el nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), plantel que fue semillero de grupos de izquierda y un bastión del movimiento estudiantil en los últimos años. Pero las cosas han cambiado.

Héctor es evangélico desde hace sólo tres años y medio y cuenta que estudió en el colegio católico de los Salesianos de Concepción hasta segundo medio, pero lo expulsaron por desordenado. En ese entonces, dice él, "no entendí­a nada de la Iglesia".

Fue durante su periodo universitario cuando se convirtió al evangelio junto con toda su familia y comenzaron a acercarse a la Iglesia Bautista.

Su padre, un suboficial mayor del ejército en retiro, y su madre, una abnegada dueña de casa, están felices con todo lo que ha logrado Héctor, no sólo por su nuevo cargo en la dirigencia estudiantil, sino porque recientemente se casó con Francesca, una hermana evangélica que conoció en el grupo cristiano que el mismo formó, "Las Águilas".

El nuevo presidente de la FEC no tiene apariencia de pastor ni usa una vestimenta especial. Se define como un joven común y corriente: le gusta el rock y el heavy metal, juega fútbol como delantero, va a fiestas sin problemas, pero toma lo justo. "Me sirvo pero no quedo curado, aunque antes de ser cristiano sí­ que era bueno para tomar", comenta.

Héctor Muñoz llegó a la polí­tica de la mano de su grupo religioso "Águilas", que comenzó a funcionar el año 2001 con ocho integrantes y hoy está conformado por más de 200 personas. Desde ese entonces piden salas en la universidad para orar, cantar y leer la Biblia.

Dos son las grandes lí­neas que los motivan. Primero, el área espiritual -guiada por el lema "Jesús es el Señor de nuestras vidas"- desde la cual intentan llevar a los estudiantes a Dios regalando el Nuevo Testamento. Segundo, el área social, en la que realizan trabajo polí­tico vinculado a los valores cristianos.

El trampolí­n universitario

Su decisión de participar en las elecciones estudiantiles en la Universidad de Concepción fue muy meditada. De hecho, se tardó tanto en decidir, que la campaña duró una semana. Pero, tuvieron el apoyo del diputado UDI Andrés Egaña así­ como de algunos personeros de la DC.

De todos modos, las cosas no fueron fáciles, pues según cuenta él mismo, se enfrentó a la discriminación por parte de las otras listas en competencia. Eran objeto de burla por ser cristianos, ya que les decí­an que lo único que harí­an desde la FEC serí­a hablar de Dios.

Por eso, el triunfo fue toda una sorpresa. Sobre todo por la gran diferencia que obtuvieron sobre sus rivales. Ahora, seguros de su victoria, saben que no están solos.

Es que luego que el pasado 18 de noviembre, cuando se anunció que el estudiante penquista de Quí­mica y Farmacia, Héctor Muñoz, se convertí­a en presidente de la federación con el lema "Una FEC para todos", vino otra buena noticia para ellos. En la Universidad Católica, otro evangélico, Rodrigo de la Calle, era electo presidente de la FEUC.

Eso sí­, las campañas fueron muy diferentes. Mientras De la Calle era apoyado por grupos de izquierda universitaria y dejaba su opción religiosa en segundo plano, Muñoz realizó en una campaña absolutamente "confesional".

Con un presupuesto de no más de 300 mil pesos y la asesorí­a de su grupo "Águilas", perteneciente a la Iglesia Laviña -cercana a los bautistas-, logró cautivar y persuadir a una población estudiantil penquista que por primera vez en su historia es dirigida por un presidente de esta religión.

Así­ las cosas, la presencia de esta nueva generación de evangélicos se hace cada vez más notoria en los espacios públicos de poder de los planteles nacionales de educación superior, convencidos de que como hermanos en la fe deben conquistar el lugar en que se desenvuelven y reclutar a la población.

En efecto, desde 2002 existe la Federación de Estudiantes Cristianos, dirigida por Edgardo Pizarro -estudiante de Administración Pública en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano- en la cual se aglutina parte importante de las agrupaciones cristianas evangélicas de las universidades nacionales.

Pero aunque la meta espiritual de los grupos cristianos evangélicos involucrados con el poder público es asegurar que en la polí­tica se actúe conforme a los propósitos de Dios, las pretensiones de este sector sólo comienzan ahí­, pero en ningún caso terminan. Con racionalidad y bastante ambición de futuro, Pizarro asume que están en una etapa inicial, pero ve como una fortaleza el no ser seres viciados polí­ticamente, lo que les otorgarí­a mayor credibilidad en la población.

En este sentido, están conscientes que para cosechar deben empezar desde las bases y que la universidad es un trampolí­n para luego acercarse al poder de las cúpulas. "Un caudillo en esta área es un desafí­o, pero si podemos demostrar con trabajo fuerte y sólido que somos capaces de actuar bien en la universidad, podremos llegar lejos y estar en instancias mayores de participación como alcaldí­as, el Congreso y por qué no, en la propia Presidencia", argumenta Muñoz.

El próximo año planean presentarse listas en varias universidades tradicionales chilenas e incluso en algunas privadas, en las cuales ya estarí­an haciendo "trabajo de campo" para motivar a la gente. En todas ellas, aseguran, hay por lo menos un grupo cristiano de este tipo.

Si algo tienen claro, es que han encontrado un nicho fecundo y ávido de necesidades que los grupos polí­ticos establecidos no han logrado llenar. Observan la falta de lí­deres sólidos a nivel universitario, producto de una pobre educación cí­vica inculcada desde las escuelas y colegios, y aseguran que los sistemas tradicionales están desgastados.

En este contexto, y convencidos de que las alas masónicas y del Opus Dei no deben estar muy contentas con su victoria, ven su crecimiento e implantación en la polí­tica como un fenómeno emergente -no circunstancial- y que la condición de evangélicos que antaño pudo perjudicarlos, hoy juega a su favor otorgándoles mayor credibilidad.

A la vista de los resultados, la fórmula parece funcionar. Dicho fenómeno, sin embargo, no es tan sorpresivo como muchos podrí­an creer, pues según el último censo la población declarada evangélica bordea el 20%.

Por ello, Muñoz está esperanzado y asegura que se producirá un cambio positivo en el tratamiento informativo de los medios hacia su sector y que a corto plazo esto va a influir en las próximas elecciones presidenciales, tal como sucedió en los recientes comicios de Estados Unidos. "Nos van a tomar el peso a los evangélicos y las campañas van a ir fuertemente orientadas a nosotros. De hecho, ya han comenzado a llamarnos de diferentes sectores ofreciéndonos el oro y el moro, pero no nos comprometeremos con nadie, al menos, por el momento".

PERFIL

"No represento a los evangélicos"

Rodrigo de la Calle, estudiante de ingenierí­a civil (21), es el nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc) y pertenece a la iglesia evangélica Metodista Pentecostal.

Aunque dice no renegar de su religión y afirma ser "nacido y criado en el Evangelio", asegura que el fenómeno ocurrido en Concepción es absolutamente distinto a lo que vivió él durante su campaña.

"Yo no representé al movimiento evangélico ni mi discurso se basó en los aspectos religiosos, sino que fui el candidato de un conglomerado amplio de agrupaciones de izquierda. Y el hecho de que yo sea evangélico -por lo demí¡s, el único de la lista- demuestra la diversidad de puntos de vista y opiniones que sustentaban nuestro proyecto universitario".

De la Calle no pertenece a ningún grupo religioso ni tampoco ha tenido tiempo para participar en la pastoral universitaria, por eso prefiere que su elección no se confunda con lo ocurrido en la Universidad de Concepción.

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN:

Vuelco en un bastión histórico

A partir de los años 60, la Universidad de Concepción vio nacer a múltiples agrupaciones de izquierda.

En sus aulas se formaron Miguel Enrí­quez, Andrés Pascal Allende y Nelson Gutiérrez, quienes se convertirí­an en algunas de las principales figuras que fundaron en 1965 el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, propiciando la ví­a armada al socialismo.

Desde esos tiempos las tendencias de izquierda han sido predominantes en esa casa de estudios superiores.

Por eso resultó sorprendente, incluso para estudiantes y académicos, que un evangélico alejado de los avatares de la polí­tica, y que ademí¡s se reconoce como alguien cercano a la derecha, llegara a la cabeza de la Federación de Estudiantes.


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