Por María Pastora Sandoval Campos
(Publicado en Jóvenes Cristianos por Chile)
(Publicado en Jóvenes Cristianos por Chile)
La muerte del Papa Juan Pablo II me hizo reflexionar sobre muchos asuntos. Me detuve a ver la televisión que repetía las imágenes de cuando el pontífice vino a Chile, también de su vida, su trayectoria y sus innumerables particularides. Una de ellas es que él no era "más papista que el Papa" porque a veces se salía de protocolo y se atrevió a ir acuerdo a los tiempos. Me sorprendí de que mucha gente lo lloró e incluso algunos lo consideraban como un padre y declaraban su sentimiento de orfandad.
Mirando más en perspectiva, pude darme cuenta de la necesidad que tenemos en el mundo de líderes confiables y consistentes. Las personas siguen a aquéllos que tienen ese don de liderazgo, que muchos quizás no usan para lo que Dios lo puso en ellos, aunque otros lo usan para su obra sintiendo la bendición que eso significa y experimentando al Señor en sus vidas. El Papa era, sin duda, un líder respetable y es por eso que la gente lo seguía y le tenía tanto afecto.
No por nada, el recién extinto Papa se dirigía mucho a la juventud, porque es allí donde están los futuros líderes del país, los que construirán ese mundo nuevo que sueñan. Son los jóvenes los que tienen la energía suficiente para echar a andar las ideas que rondan en las mentes de aquellos idealistas ansiosos por vivir. Y, con mayor razón aún, somos los jóvenes cristianos los que debemos ir en conquista del mundo que el Señor nos ha regalado para enseñorearnos de él en su nombre y prepararnos para la eternidad, que es el fin de esta vida terrenal.
Somos los jóvenes cristianos los encargados de soñar y llevar a los hechos esa realidad que soñamos y debemos declararla para que sea el Señor el que nos ayude a cumplir los anhelos de nuestro corazón, y los propósitos que Él tiene para nuestra vida. No debemos limitarnos al soñar, porque es nuestro Padre Celestial el que nos hace llegar donde nunca siquiera lo pensamos.
Todas las obras humanas que hay en este mundo nacieron con el sueño de alguien que se atrevió a llegar más allá de lo que existía: Microsoft debe haber sido el sueño de un jovencito anteojudo, Sábado Gigante el de un sastre que no sabía de televisión, ministerios numerosos partieron con la decisión de un joven cristiano de ser siervo de Dios. Más aún siendo hijos de Dios, entonces, no nos encarcelemos en los temores y confiemos en que si hemos sido llamados al liderazgo dentro de la obra tenemos el respaldo de aquél que nos ha llamado para que sea su poder, a través de nosotros en disposición, a que haga su voluntad.
Soñar es un bien que tenemos los jóvenes en el que podemos descubrir para qué estamos en este mundo. Es el motor que tenemos para no detenernos en el camino que nos lleva a la adultez, a la concreción de nuestras metas. Si sientes el llamado a ser líder en cualquier área, no dudes en poner allí tus energías, porque el mundo te necesita y es por eso que existes, pues el Señor ha puesto en ti algo que no puso en nadie más, eres único e irrepetible, una pieza necesaria para que cada día más en el mundo sea anunciada la Buena Nueva de Jesucristo.
4 comentarios:
te felicito y comparto tus apreciaciones sobre este impresionante lider que tuvimos.
besos
Hola María. Gracias por escribir en mi blog. Bueno es cierto. Vi lo que hacían en Chile y se me ocurría que esa idea podía repetirse en Perú. Pero aquí no tenían los recursos necesarios y por eso optamos por extender nuestro soporte a la Conferencia Episcopal desde el sitio web de El Comercio. La fórmula resultó impactante. Los datos serán grabados en un CD y enviados a El Vaticano.
Ah, gracias por incluir entre los favoritos del Periodismo Digital.
Saludos desde Lima
Hola po' Hermanita...
Sabes hace tanto que no te visitaba, no había visto tu apariencia... ¿qué pasó con kitty?
nice...
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